El CH-P-T

Ch-P-T, disculpando la frase, significa ser chingón para todo. Al iniciar un negocio es fundamental para el fundador ser un Ch-P-T. Tiene que comprar, vender, fabricar, cobrar, administrar, dar servicio a los clientes, pagar nómina, y hasta limpiar. Pasar algunos meses o años siendo el Ch-P-T le ayuda no solo a volverse experto de su negocio, sino también en experto en sus clientes.

Este conocimiento de la operación le permite darse cuenta de que áreas tienen oportunidad de mejorarse. Además el amplio conocimiento de sus clientes le permite entregarles mejor que nadie lo que ellos quieren o necesitan. Esta formidable combinación de excelencia operativa y enfoque en el cliente lleva a los negocios a tener muy buenos resultados y a crecer. Ante esta situación tan favorable es difícil que el Ch-P-T se dé cuenta de que seguir así va condenar a una vida de frustración y problemas.

Lo que funcionaba muy bien con pocos clientes y pocas ventas, ya no lo hace con más clientes, más ventas, y más personal. El tiempo del Ch-P-T es insuficiente para atender todos los detalles aunque llega más temprano y se va más tarde. Se convierte en un esclavo del negocio, y lo peor es que cada día se siente con menos control. Peor aún, decisiones no se toman porque el fundador tiene que estar en todos los aspectos de la operación.

Empieza a haber quejas de los clientes por fallas de calidad, entregas tardías, o mal servicio. Incluso los empleados están frustrados porque no pueden hacer su trabajo sin que los estén observando de cerca. La respuesta del fundador es dedicarle más tiempo y tomar personalmente más aspectos de la operación. Si no hay un cambio de rumbo el desenlace más probable es la quiebra del negocio. En casos más extremos el Ch-P-T puede perder su salud física, mental, o  incluso la vida.

Puede sonar dramático, pero particularmente en los negocios no tan grandes, las presiones, el exceso de trabajo, y las deudas tiene estos efectos en los emprendedores.

Sin embargo, al menos en el caso del Ch-P-T, esto es prevenible.

Lo primero es que tiene que hacerse a la idea de que es indispensable hacer o supervisar a detalle todo lo que pase en el negocio. Esta es la raíz de todo el problema. Como lo mencioné antes, es bueno al inicio, pero una vez que nuestro negocio llegó a cierto tamaño hay que cambiar. ¿Cuál es ese tamaño? El indicador es que se tenga que trabajar más horas y de todas maneras no se terminé todo el trabajo que se quería hacer.

Para dejar de ser Ch-P-T en beneficio del negocio, hay que capacitar a nuestro personal y confiar en ellos. Una manera muy efectiva de capacitarlos es comunicarles nuestro proceso de pensamiento cuando tomamos una decisión.

Tomemos el ejemplo de un comprador para que el fundador deje esa función. Se le puede explicar que cuando varios proveedores de un producto están buscando que compremos mayores cantidades pueden estar sobre inventariados. Lo cual puede aprovechar no solo para conseguir mejores precios, sino también para renegociar plazos de pago más favorables.

Esto mismo se puede hacer para compras, administración, mercadotecnia, servicio al cliente, y la mayoría del resto de las áreas. Hasta dejar de ser un Ch-P-T. Lo que no significa que no va a supervisar la operación del negocio, lo que no va a hacer es operar y autorizar cada pequeña transacción. Un gran beneficio adicional es que le va a liberar su tiempo para pensar en cómo llevar el negocio al siguiente nivel.