Crear hábitos que apoyen nuestras metas. Parte 3

En el artículo de la semana antepasada ya mencionamos algunos hábitos que nos ayudan a bajar de peso. En el artículo de la semana pasada vimos hábitos para planear nuestros gastos, reducirlos, y sentar las bases de crear un ahorro. En este artículo vamos a ver hábitos para incrementar nuestras fuentes de ingresos para aumentar nuestros ingresos en 30% en 6 meses.

Arriba mencioné que vamos a incrementar nuestras fuentes de ingresos, y no nuestros ingresos. Esto es porque cada vez es más importante no depender exclusivamente de una única fuente de ingresos. La gran mayoría de las personas dependen totalmente de lo que le pagan por su trabajo. El riesgo es que por razones ajenas a uno podemos perder esa fuente de ingresos. Ya sea que la empresa decidió que no nos necesita, o que la empresa tiene problemas, o por cualquier otra razón nos podemos encontrar sin trabajo.

Por esto vamos a buscar otras fuentes de ingresos, sin dejar nuestro trabajo actual. Estas fuentes de ingresos se clasifican en dos: pasivos y activos. Los activos son aquellos ingresos que recibimos a cambio de un servicio. Como lo que nos pagan en nuestro trabajo, pero más adelante vamos a ver otras alternativas. Los pasivos son aquellos que recibimos sin necesidad de trabajar. Estos incluyen intereses, rentas, regalías, dividendos, etc.

Las dos principales razones por las que muchos no se atreven a buscar un ingreso pasivo son: dinero y tiempo. Dinero porque no tienen para invertir en activos que les den ingresos: como acciones, cuenta de ahorro que generen intereses, etc. Y tiempo porque de por sí sienten que no les alcanza.

Las razones para no atreverse a tener un segundo ingreso activo son: tiempo y miedo. Tiempo por lo mismo que ya se mencionó. Y miedo porque es algo que nunca han hecho antes o piensan que puede poner en riesgo su trabajo actual.

Necesitamos hábitos que nos ayuden a superar estos 3 obstáculos: tiempo, miedo, y dinero.

Vamos a empezar por el dinero. Si cumplimos con lo que vimos en el artículo anterior vamos a ir generando un pequeño capital para invertir cada vez que nos paguen. Hay que acumularlo en una cuenta que genere intereses hasta que encontremos una inversión segura que nos dé un dé un mayor rendimiento. Eventualmente podemos dar un enganche para una propiedad (que planeamos rentar), comprar acciones, o invertir en algún negocio. Sobre el último punto, es más arriesgado pero puede tener un retorno de inversión muy alto. Antes de invertir en un negocio hay que investigarlo bien, hablar con personas de confianza que sepan sobre ese tipo de negocio, y saber que lo que invirtamos no está garantizado.

Con el hábito de ahorrar mínimo el 10% de nuestros ingresos solucionamos el primer obstáculo. Si no tenemos deudas y podemos ahorrar un 20% o un 30% todavía mejor.

Tener miedo de que tener otra fuente de ingresos ponga en riesgo nuestro trabajo es más o menos común, pero siguiendo una regla es completamente infundado. La regla es que lo que hagamos no perjudique a la empresa donde trabajamos actualmente. Si eres pintor puedes pintar casas los fines de semana, pero que no sean de los mismos clientes de tu empresa. Si desarrollas páginas web lo puedes hacer fuera de horario de trabajo, mientras no sea al mismo mercado que donde trabajas.

El otro miedo es hacer algo que nunca habíamos hecho, y también al rechazo. Podemos ser un excelente contador, pero el ofrecerle a un pequeño empresario que no nos conoce llevarle la contabilidad puede terminar en que nos rechacen. Es molesto, pero también inevitable. Acostumbrémonos a que nos van a rechazar, sobre todo al principio. Eventualmente alguien va a decir que sí, y si hacemos muy buen trabajo, es probable que nos recomienden. Esto nos va a facilitar conseguir más clientes más adelante.

El primer año de operación de Coca Cola vendió en promedio 9 refrescos al día y al final perdió dinero. Todos los negocios empiezan en pequeño.

El hábito de probar cosas que nos desagradan para lograr lo que queremos elimina el obstáculo de estos miedos. Nadie se ha muerto porque no le quieran comprar. Lo que sí vamos a adquirir es experiencia, lo que aumenta las probabilidades que después nos compren.

El último obstáculo es el tiempo. No tenemos tiempo para buscar otra fuente de ingreso. No sabemos a qué horas vamos a buscar clientes o cuando podemos hacer el trabajo si los encontramos. Hay otras personas que logran mucho más que nosotros y tienen las mismas 24 horas cada día. El problema no es la cantidad de tiempo, es como lo usamos.

Un hábito que nos va a ayudar muchísimo es priorizar nuestras actividades. Hay muchas cosas que hacemos que son desperdicios de tiempo. Ya sean redes sociales: Facebook, Instagram, etc.; servicios de transmisión por internet: Netlix, YouTube; etc.; salir con mucha frecuencia con amigos; o jugar video juegos por horas y horas. Aquí está todo el tiempo que necesitamos para conseguir lo que queremos. No se trata de no divertirse, solamente hacerlo menos frecuente o por menos tiempo.

Planeemos lo que vamos a hacer el día, la noche anterior. Hay que definir cuáles son las cosas más importantes que tenemos que terminar, y a qué horas las vamos a hacer. Entre más específicos seamos con la hora de realizarlas es mucho más probable que las hagamos. Por ejemplo, de 6:30am a 7:00am voy a investigar posibles clientes para mi negocio personal. De 7:00pm a 8:00pm voy a ofrecerles mis servicios a los clientes que encontré en la mañana.

Otro hábito que trae muchos otros beneficios es el levantarse temprano. En lugar de acostarnos tarde con el celular, la tableta, laptop o televisión durmámonos más temprano. Así nos levantamos más temprano con mucha energía, y podemos dedicarle ese tiempo a nuestras metas.

Con estos hábitos podemos lograr nuestros dos objetivos. Pero para cualquier meta que nos pongamos hay que encontrar los hábitos que más nos van a facilitar el lograrlos.