Las 3 tareas más impactantes

El trabajo nunca se acaba. Ya sea que trabajemos para alguien más o tengamos nuestro propio negocio siempre va a haber algo más que hacer. Vemos ir y venir la hora de salir, y en ocasiones nos llevamos trabajo a la casa. Lo peor es que con todo lo que hacemos sentimos que no avanzamos tanto como quisiéramos.

Lo primero que tenemos que hacer es planear nuestro trabajo, de preferencia la noche anterior. Esto no nos debe tomar más de 30 minutos al principio, y ya con práctica unos 10 minutos.

La realidad es que no tenemos que hacer 100 cosas cada día para lograr muy buenos resultados. Si tenemos que hacer 50 cosas en un día, es casi seguro que las 3 más importantes nos impacten más que las otras 47 juntas. Eso no quiere decir que solamente vamos a hacer 3 y nos olvidamos de lo demás. Nada más nos tenemos que asegurar de hacerlas antes que todas las demás. No queremos llegar al final del día, hacer las 47 menos importantes, y terminar sin haber avanzado gran cosa.

Primero tenemos que identificar las 3 tareas que podemos hacer en el día que más nos van a impactar. Ya sea que hacerlas nos traerá grandes beneficios o el dejarlas de hacer nos traerá grandes perjuicios. Igual pueden ser “cerrar la venta con un cliente importante” o “entregarle los reportes mensuales a mi jefe”. El abanico es muy amplio, pero hay que identificar solamente en las 3 más impactantes.

El limitar a 3 el número de tareas nos forza a pensar muy bien en cuales debemos de incluir. De otra manera escogeríamos las primeras que vienen a la mente. Esto nos obliga a preguntarnos ya que tenemos nuestra corta lista “¿Hay alguna otra actividad que sea más importante que estas?”. Es por esto que al principio nos puede tomar hasta media hora decidir.

En muchos casos son tareas que hemos pospuesto porque son incomodas, desagradables o incluso que nos causan ansiedad. Son esos primeros pasos que no nos hemos atrevido a dar. Pero que si los damos pueden llevar nuestra vida a niveles que nunca antes hemos alcanzado.

Pedirle a nuestro jefe que nos considere para puesto de mayor nivel que está vacante, llamarle a ese cliente que se fue muy molesto hace tiempo, tomar el liderazgo del nuevo proyecto, hacer que nuestro equipo funcione a pesar de que algunos sean caen mal, o tomar un curso de capacitación que nos ayudará a desarrollarnos son algunos de los muchísimos ejemplos que hay.

Ya definidas, tenemos que agendarlas. En general, si requieren mucha concentración y trabajo es buena idea hacerlas lo más temprano posible. Sin embargo, hay algunas que van a depender de otros factores o personas para cuando las podemos hacer. El punto es que al dormirnos sepamos cuando vamos a hacer cada una de las tareas.

Si pueden ser realizadas en cualquier momento, es buena estrategia que sean en temprano. Así aprovechamos que nuestra mente está fresca y alerta. En cualquier horario que realicemos estas tareas hay que eliminar, o al menos disminuir, las distracciones. Hay que establecer bloques de tiempo en los cuales podamos concentrarnos en terminar estas tareas. Al último, si las empezamos pero no las acabamos de nada nos va a servir.

Un beneficio adicional es que nos vamos a dar cuenta de que hay algunas tareas que no tenemos que hacer, o que no tenemos que hacerlas nosotros.

Eligiendo correctamente nuestras 3 tareas más impactantes, y terminándolas al día siguiente, nos vamos a volver extraordinariamente productivos y vamos a estar menos agobiado.